Ensayos
Nubario
Texto de Cristina Rivera-Garza
Fotografía de Luz Montero
Texto de Cristina Rivera-Garza
Fotografía de Luz Montero
1. Nube e identificación nacional
Un país es también, acaso sobre todo, sus nubes. Un país es una manera de estructurar los fenómenos del cielo. Un país debe reconocerse no sólo con la mirada horizontal del que no se despega de la tierra sino, fundamentalmente, con la mirada vertical del que levita, extasiado. Un país debe ser una manera de descansar. Si la identificación es un reclamo por lo otro, otra manera más del yo-deseo, acaso no haya elemento más identificatorio entonces que la nube: la nube que se deshace ante la aproximación: la nube que se vuelve grumo y punto iridiscente y blancura borrada: la nube que resiste. La nube que nunca se da. Un país es, acaso sobre todo, sus nubes. |
2. Mirar hacia arriba
Decía Luis Barragán que sus torres eran, entre otras cosas, una invitación para observar el cielo. El nubario tiene la misma aspiración. El nubario quiere decir: Mira hacia arriba. Echa la cabeza hacia atrás. Despega los pies del asfalto o del pasto (lo que ocurra primero). |
3. Mirar hacia arriba II
José Alfredo Jiménez, que sabía de tantas cosas, también sabía de nubes. Tú y las nubes, decía, me traen muy loco. Lo cual se entiende sin esfuerzo alguno. Tú y las nubes me van a matar. Yo pa´rriba volteo muy poco. Tú pa´bajo no sabes mirar. ¿Y cómo hacerle llegar hasta su tumba, cómo decirle con franqueza pero con el tacto que se debe usar siempre con los muertos, que ése, precisamente, era el problema? ¿Cómo acercarse y cuchichearle al oído, pero, José Alfredo, si todo se arregla volteando pa´rriba, hombre, nada es para tanto? |
4. Un cielo lleno de acontecimientos
Sobre Toluca, Atlacomulco, Acambay, Diximoxi, ¿Diximoxi?, Palmillas, Conin, Querétaro. Un cielo. Las posibilidades inéditas del realismo. La luz que cayó a un lado de José María Velasco. Sin tocarlo. La nube sola. La Gran Gris. La casi-blanca. La horadada. La de lluvia. |
5. Nube y lingüística
La nube, como la palabra en el texto, protege el contenido del cielo. |
6. El cielo que huye
Nos dimos a la tarea de perseguir nubes como si se trataran de mariposas o asesinos. Íbamos a la expectativa, sonriendo, pensando. Y entonces lo descubrimos. No nos cupo la menor duda: el cielo huye. En la ciudad, el cielo se esconde detrás de los rascacielos y las cúpulas. En busca de anonimato o de silencio, el cielo se parapeta tras los espectaculares y la contaminación. Intentando distraer a sus perseguidores, el cielo ronda los semáforos y actúa como si nada estuviera pasando cuando pasan los aviones. Se necesita perseverancia y método para alcanzarlo. Se necesita, sobre todo, saber exactamente cómo perder el tiempo. |
7. La nube que llena el espacio que hay entre los cuerpos
Entre los cuerpos que se desean sólo cabe la nube. |
EQUESTRE
DOMECQ
2014
2014